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Por su reconocimiento en la Academia de Ingeniería de México (AIM)

Entrevista a Rodolfo Saragoni: "El desafío que tenemos es que la ciudad sea sísmicamente resiliente".

Entrevista al Profesor Rodolfo Saragoni

¿Cuáles son sus principales impresiones con este reconocimiento?

Primero que todo, es muy importante este vínculo entre Chile y México, ya que ambos países han tenido una relación desde el inicio de la ingeniería sísmica (que fue posterior a la segunda guerra mundial). Por otro lado, en Chile el año 60 en Valdivia ocurrió el evento sísmico de mayor magnitud en el mundo y a raíz de ello se realizaron las primeras Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería Sísmica en Chile, a este evento internacional asistieron profesionales de Estados Unidos, Italia, Japón, Argentina, Perú, entre otros países. En esa ocasión estuvieron presentes dos profesionales de México, Emilio Rosenblueth y Luis Esteva, quienes son personas muy relevantes a nivel mundial en ingeniería sísmica. Emilio Rosenblueth mantuvo una relación muy estrecha con el profesor Arturo Arias, quien en esos años se desempeñaba como director en el IDIEM y además fue el creador de la Intensidad de Arias o Intensidad Sísmica Instrumental, que es un parámetro que se usa a nivel mundial en ingeniería sísmica.

Cuando el profesor Arias emigró en 1973 a México a la UNAM, en sus clases enseñaba mi tesis doctoral de UCLA y ello me hizo muy conocido en México, pues sus alumnos son ahora los profesores de la UNAM (Universidad Autónoma de México).

Todos estos acontecimientos anteriormente nombrados guardan relación con mi actual nombramiento como parte de la AIM, personalmente estoy muy agradecido por el gesto otorgado por esta institución.

¿Qué otros elementos han sido parte de este vínculo internacional?

Desde que comencé a estudiar, para mí ha sido materia de estudio los terremotos mexicanos, por ejemplo, la Ciudad de México posee una singularidad en esta materia, ya que está en un suelo muy complicado. Tenochtitlan de los aztecas era una isla en el medio de un lago y esta ciudad está fundada en este lago, donde el suelo se ha drenado gradualmente, entonces es un suelo con características muy peculiares, produciendo respuestas muy complejas ante terremotos, estos siendo muy similares a los eventos sísmicos chilenos, son de subducción, pero la diferencia es que Ciudad de México está a 350 km de la costa, así que el terremoto del 85 causó grandes daños, donde hubo cerca de 20.000 muertos y además se cayeron una gran cantidad de edificios. Posteriormente dirigí una tesis doctoral en la UNAM estudiando ese terremoto.

Frecuentemente desde México me invitan a participar de distintas actividades, así como también vienen profesores mexicanos a Chile. La Escuela de diseño sísmico de México tiene reconocimiento mundial, por lo que encuentro muy importante que me hayan incorporado a la Academia. Conté con el patrocinio del profesor Luis Esteva, quien fue el primer académico en venir a Chile y que es parte de los profesionales que reconocen la alta calidad de ingeniería sísmica del país, hay una gran reciprocidad entre ambos países en esta materia. De hecho, estamos organizado la doceava conferencia de sismología e ingeniería sísmica chilena, donde está invitado el profesor mexicano, Raúl Jean, quien explicará las conclusiones que obtuvieron tras los últimos terremotos ocurridos el año 2017 en México.

¿Qué temas le interesaría seguir profundizando en la AIM?

Actualmente soy presidente de las Asociación Chilena de Sismología e Ingeniería Sísmica (ACHISINA) y nuestro actual paradigma es llegar a la resiliencia estructural, que por un lado se analiza que los edificios no posean daños estructurales y que también incluye los mecanismos del cómo proteger las vidas, que no haya ni muertes ni heridos ante un terremoto, permitiendo el uso inmediato después del terremoto. Estos indicadores los hemos ido superado, Chile no aparece en ninguna estadística a nivel mundial en donde el número de fallecidos por este tipo de eventos sea elevado, de hecho la gran cantidad que tuvimos en el terremoto del año 2010 fue por el tsunami.

Ahora estamos en una etapa de desarrollar la normativa, de llevarla a que incluso los elementos no estructurales continúen funcionando, que no haya damnificados en los edificios o que la gente no tenga que estar en carpas luego de ocurrido un evento de gran magnitud. Estamos trabajando para que los edificios cuenten con un alto estándar, donde la gente pueda seguir habitando y siga haciendo sus labores normales. Normalmente en un edificio viven entre 500 y 1000 personas, actualmente existen cerca de 2.000 edificios, entonces si pensamos en evacuar a dos millones de personas, nos vemos en la incertidumbre de dónde situamos a toda esta gente, por eso el desafío que tenemos ahora es que la ciudad sea sísmicamente resiliente, que Chile esté en esa vanguardia mundial y alcanzar un alto estándar.

¿Para llegar a ese estándar se necesita un trabajo mucho más multidisciplinario?

“Resiliencia, el nuevo desafío del diseño sísmico”, fue el lema de la 16a Conferencia Mundial que se llevó a cabo en Chile en enero de año 2017, se discutió sobre que este tema es multidisciplinario y atingente a varias disciplinas. Nos hemos concentrado en todas las normas, sin embargo, personalmente he analizado el caso de los edificios, pero cuando se habla de resiliencia, esta es a nivel de la ciudad (o sea urbana), donde el metro debe funcionar, los hospitales deben estar habilitados, las escuelas deben seguir sus labores normales, etc.

La ingeniería sísmica tiene una característica, referente a otras disciplinas, que se parece un poco a la salud pública, cuando uno choca no lo llevan a la clínica que uno está inscrito, sino que al hospital más cercano, por ello los policlínicos y en particular la salud pública tiene que ser de un muy buen estándar, de hecho me ha pasado con varios extranjeros que vienen a Chile que les han pasado cosas y quedan sorprendidos, que han sido atendidos en cualquier parte y no han tenido problemas. En ingeniería sísmica es igual, el día que tiembla uno no va a estar en su casa, uno va a estar en cualquier lugar, entonces la obligación nuestra es que todos los lugares sean seguros y todos los lugares sean resilientes. En general, el reto lo tenemos más en las viviendas sociales que se hacen con los recursos mínimos del Estado, pese a esta dificultad debemos entregarle seguridad a las personas, lo cual se ha ido logrando en los últimos años.

Actualmente estamos en una etapa muy importante de la profesión, que es la exportación de la ingeniería sísmica chilena a nivel mundial.

¿Esto da pie para expandir los servicios de los ingenieros chilenos hacia el mundo?

Yo creo que irá en aumento, ya que la ingeniería sísmica chilena es reconocida a nivel mundial y es altamente demandando este tipo de “servicios”. Por ejemplo, ahora hubo un Concurso de Proyectos de Ingeniería, donde compitieron 10 proyectos, de los cuales 3 eran chilenos realizados en el extranjero. Entonces se visualiza que hay una vanguardia y una tendencia exportadora en este tema.

También estamos desarrollando un código de diseño sísmico para América Latina y el Caribe, donde se trata que se transfiera un poco la experiencia chilena en estos códigos de referencia, afortunadamente todos los países de la región tienen códigos entonces lo que queremos es que su actualización se puedan introducir estos conceptos.

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